Querido Niño Dios, este año también me portaré
muy bien, pero como sé que en mi país nada es de gratis, me gustaría pedirte
por adelantado que esta navidad me traigas de regalo una novia Uribista. Estoy
cansado de pensar y hablar diferente, quiero vivir despreocupado, tranquilo y de
acuerdo con las arengas guerreristas del Paramilitar-Todopoderoso: vivir
conforme a su proclama y de paso, si no es mucho pedir, ayúdame a olvidar todas
sus atrocidades desde que fue nombrado Jefe de la Aeronáutica Civil y le daba
licencias a las avionetas del narcotraficante Pablo Escobar para sacar la droga
del país sin ningún problema.
Ojalá sea una muchacha dócil, amorosa, educada,
bien hablada y, preferiblemente que no me dé en la cara Marica. Permíteme la
oportunidad de ver el mundo diferente a su lado, que ella me brinde la luz que
ilumina a la feligresía de su santidad Don Álvaro, a quien poco a poco empecé a
difamar y blasfemar cuando aprendí a leer y a salir del oscurantismo en el que
me sumió su llamada “Seguridad Democrática”.
Yo sé que mis exigencias son tediosas, pero
creo necesitar tu infinita gracia en este momento crucial de mi vida, es más,
estoy dispuesto a perder la memoria política como todos aquellos seguidores de “El
Gran Colombiano”, concédeme el magno don de olvidar todas y cada una de las
masacres cometidas por las “Convivir” que fundó el doctor Uribe cuando fue
gobernador de Antioquia, jamás volveré a dudar que ellas no dieron inicio a los
grupos Paramilitares al margen de la ley, de los que Salvatore Mancuso y Carlos
Castaño en su momento confesaron recibían órdenes del Comandante Supremo: un
tal Álvaro Uribe Vélez.
Querido Niño Dios, no me abandones ni de noche
ni de día, hasta que deje tanta bobería, para hacerme el de la vista gorda con
todos los Falsos Positivos que hicieron creer que eran de la Guerrilla. Ahora
entiendo lo que en el Ubérrimo se hacía, se organizaban reuniones con La Gata y
sus crías para patrocinar el hampa en Montería. Qué ofensa tan grande fue
insinuar que allí asistían los principales jefes Paramilitares como “Don Berna”
y alias “Jorge 40”, extraditados a los Estados Unidos donde hoy están rindiendo
cuentas, o por lo menos ese es el cuento que cuentan para quedar bien y así recibir
prebendas.
Jesusito de mi vida, tú eres niño como yo, y
por eso dudo tanto y soy tan indagador, dómalos, dómalos, pero permíteles que
lean y no solo vean televisión. Al paso que voy me espera algo peor que una
simple persecución, he pensado abrir un grupo en Facebook pero que tal se
empute el Patrón e invite al FBI a que inicie una investigación, por eso he
querido escribirte querido Niño Dios, para que de una vez por todas concluya
esta oración, con arrepentimientos incluidos, con misiva al hoy Senador, pero
ojalá que devuelva el dinero del agricultor, aquel que se robó Andrés Felipe
Arias: exministro de nuestro gran señor.
No me importa una Chuzada, una llamada amenazante
o de extorsión, igual hoy día las “Bacrims” andan liderando lo que él como
resultado del Paramilitarismo creó: un flagelo que a Colombia poco a poco socavó.
Su discurso bélico a más de un letrado convenció, desafortunadamente a su títere,
el doctor Oscar Iván Zuluaga muy poca gente le creyó, por eso querido Niño
Dios, espero que el próximo año no me toque escribirte pidiéndote perdón: explicándote
que Juan Manuel Santos con ese cuento de las FARC también las cagó.
Derechos Reservados © Nicolás Marrugo Silva