martes, 11 de diciembre de 2012

¡Cuánta verborrea inútil!



Como un ejercicio de decantación o como resultado empírico de una búsqueda perenne, hoy más que nunca me atrevería a afirmar que el significado de ‘sociedad’ colinda cada día más con un sinónimo de ‘suciedad’ que de otra cosa.

No importa si se leen noticias internacionales o de la ‘tierrita’, la desesperanza es un cáncer que ha hecho metástasis entre los seres humanos y, el diagnóstico es desalentador, no por que los Mayas hayan concluido que ‘esto’ se ‘acaba’ en los próximos 10 días, sino por que a nadie en realidad pareciera importarle lo que acontece más allá de sus narices.

¡Cuánta verborrea inútil, cuántas palabras vacías! ¡Qué tristeza tanta indolencia!

Un par de semanas atrás el mundo se hacía el de la vista gorda frente al genocidio de cientos de Palestinos a manos de  Israel, uno de los diez ejércitos más poderosos del universo de acuerdo con las estadísticas del sitio en línea Global Firepower’, que basado en datos e información que anualmente es actualizada, lo ranqueó inclusive por encima de países como Irán, Alemania y Canadá.

En dicho ranking y, como dato curioso, Colombia no aparece siquiera entre los 55 ejércitos más poderosos del mundo. ¿Será por eso que el expresidente Uribe invertiría tanto dinero en su arsenal bélico? De pronto buscando posesionar al Ubérrimo como una de las haciendas más temibles sobre la tierra y, así de paso acortar la brecha frente a su similar de Venezuela que aún lo aventaja en el puesto número 47: ¡Una nueva asignatura pendiente para el Paraquito Mentiroso y sus deseos de vendetta!

Pero mientras todo eso sucedía en el Medio Oriente, los Estados Unidos de América, en el corazón de 'La Gran Manzana' se negaban rotundamente a reconocer la existencia del Estado Palestino en la Asamblea General de la ONU y, en la cual, como buenos lacayos del imperio Yankee, Colombia votó en contra del reconocimiento a Palestina pero a favor del patrón y sus menesteres.

Ignorantes, como la gran mayoría de los colombianos de ‘buena fe’, desconocíamos que el regalo de navidad por parte de La Haya nos costaría unas cuantas millas náuticas y una que otra corrección al mapa nacional.

Pero como ‘nuestro’ Presidente Santos aspira a tener un cargo igual o mejor al del expresidente Cesar Gaviria en la OEA y, al cual éste se hizo merecedor al ‘firmar’ con los gringos la famosa ‘Apertura Económica’, nos hizo creer que enfurecido como buen trolero de sangre azul, Colombia no acataría tan benignísimo fallo para los Nicaragüenses.

Anunció además que “nos retiraríamos” del mal conocido hasta entonces ‘Pacto de Bogotá’ firmado en 1948 en aras de soluciones pacificas a conflictos territoriales y/o de otras índoles: ¡Sólo le faltó tomar el teléfono para marcarle al Doctor Álvaro Uribe y preguntarle qué podía hacer!  

Fue allí cuando recordó que no era necesario hacer tanto escándalo, pues su homólogo Nicaragüense una vez conoció el resultado del fallo, entregó a un consorcio de los Estados Unidos las licencias para ‘explorar’ sus nuevos limites marítimos, es decir, como buen rolo de alta alcurnia y abolengo: ¡Juanma hizo moñona mis chinos!

Ahora tocará espera que regrese Álvarito al poder para que les de en la cara a todos esos maricas y, que Juan Manuel obtenga su bien merecida ‘tajada’, eso sí, si antes los británicos no lo nombran Sir Santos y deciden, a manera de gratitud, darle otros 24 millones de dólares para que le cultive hachís en la Sierra Nevada y en el Caquetá al Príncipe Carlos de Inglaterra, quien obviamente tiene claro dónde está el futuro inversionista de nuestro indolente país.

Derechos Reservados ® Nicolás Marrugo Silva.