jueves, 31 de mayo de 2012

Uribe Reloaded.


El Terrorismo como versa su definición, es el uso sistemático del terror para coaccionar sociedades y/o gobiernos. Al parecer este es el artilugio más ‘bondadoso’ utilizado por los populistas a la hora de alcanzar sus taimadas pretensiones. En Colombia por ejemplo es pan de cada día.  Algunos ‘dignatarios’ como Álvaro Uribe Vélez han convertido esta patraña en su manjar favorito, razón por la cual controlan a merced de sus trinos el pensamiento de la gran mayoría en un país desesperanzado, ignorante y ávido de paz.

Bien dicen por ahí que cuesta mucho entender los toros cuando se miran desde la barrera, pero muy a pesar de la distancia física que se tenga, para nadie es un secreto que, en Colombia estamos jodidos -pero no por la violencia que se vive a diario- al fin y al cabo generaciones enteras hemos vivido bajo el yugo intrínseco impuesto por una sociedad corrompida hasta los tuétanos; la ignominia en la que nos sumió la clase dirigente a quien el maestro Fernando Vallejo acertadamente identifica como la clase bellaca, ha dictaminado ‘nuestro’ destino por más de 50 años, medio siglo en el que sólo hemos visto derramar sangre, cinco décadas en las que los burócratas han educado a su antojo a toda una nación a través de la caja estúpida.

Colombia es un Estado Social de Derecho, donde supuestamente ‘existe’ la división del poder en tres ramas como lo son la ejecutiva, la legislativa y la judicial (los tres poderes), el cuarto poder se le otorga a los medios de comunicación (Prensa, radio, televisión, etc.), y si quienes poseen el control del cuarto poder son los mismos ladrones de cuello blanco, la tarea pro-equidad resulta más macondiana de lo pensado.

Un pueblo enfermo, atemorizado y sin esperanzas es más fácil de gobernar, lo peor es que tipejos como el señor Uribe Vélez lo saben mejor que nadie en ‘nuestro’ país, su estrategia de la ‘Seguridad Democrática’ le dio, le está y le continuará dando resultados, no hay que negar que este granuja y oportunista, sediento de vendetta y adicto a la escena política, es sin lugar a dudas el mejor estratega que ha parido Colombia, pero de allí a que él sea la solución al conflicto interno armado que vive nuestra nación es otra historia, más bien es esa la raíz del problema; la incapacidad de las masas de reconocer que no depende de un sólo individuo mejorar y/o cambiar la mentalidad de todo un conglomerado. 

Como ciudadano del común -pero no del corriente- me atrevería a vislumbrar la venidera y casi segura entrada triunfal del mesías y salvador de Colombia a la casa de Nariño en un futuro no muy lejano, cual Jesús ingresando victorioso a Jerusalén, rodeado de miles de seguidores dispuestos a rendirse a sus pies, no para alabarlo con ramos, sino con celular en mano para leer y compartir los tweets del hombrecillo todopoderoso.  

Ojalá algún día de los que me quedan por vivir, mi patria -la que es pasión- la que goza cuando la selección nacional gana y madrea cuando pierde, la que vive de fiesta todo el año celebrando sus penas en carnavales y en ferias, la desmemoriada nación que olvida a sus muertos por que son muchos, la que me dio el lujo de ser el temor en cada aeropuerto que llego cuando saco mi pasaporte ‘Made In Colombia’, la que se muere de hambre por que no tiene para comer, pero que emborracha su escasez para no perder la costumbre, la que Rafael Núñez describiría en una Oda inmortal, como el pueblo hambriento que lucha a orillas de la mar, me de la dicha de sentir que no sólo a bala se pueden ganar las grandes batallas, por el contrario, anhelo ver a mi país libre, sin las ataduras etéreas de la indolencia, revestido de tolerancia y educación; las grandes quimeras de nuestra magullada sociedad.

P.D. Mientras Álvaro Uribe Vélez controle a los Colombianos como al ganado que él posee en el Ubérrimo, ‘nuestro’ país seguirá siendo lo que es hoy; la hacienda donde los gringos tienen al capataz  que les cuida los Marranitos.

Derechos Reservados ® Nicolás Marrugo Silva