García Márquez ha de estar estupefacto al
saber que su famoso ‘Realismo mágico’, ha sido rebasado por la triste realidad
Colombiana que, obviamente supera la ficción Macondiana. Al país del Sagrado
Corazón parece no bastarle con reelegir pillos demagogos, sino que ahora se les
quiere laurear revistiéndolos de impunidad.
Esta gentucita que se auto-denominan
‘representantes del pueblo’, han dejado muy en claro las intenciones que tienen
al impulsar la controversial reforma a la ‘justicia’. No se necesita haber
estudiado ciencias políticas para visionar la debacle que se le avecina al país
en caso de ser sancionada dicha reforma. El objetivo es muy claro, embozar sus
artimañas detrás de su fuero político.
El Congreso de la República, conformado
por el Senado y La Cámara de Representantes, buscan que el presidente Juan Manuel Santos, sancione la reforma que los exoneraría de su responsabilidad política frente a la comisión de cualquier tipo de actos de corrupción,
tales como la parapolítica, el cohecho, el tráfico de influencias, los famosos
carruseles de la contratación, el Agro Ingreso Seguro, las chuzadas del DAS,
los falsos positivos, entre otros muchos delitos cometidos por estos usureros de cuello blanco en la pasada administración.
Con la
renuncia de Juan Carlos Esguerra, Ministro de Justicia, luego de reconocer la
innegable existencia de los famosos ‘Micos’ de la reforma, el presidente salió
a ‘ponerle’ la cara al país, defendiendo, claro está, a su probo ministro, como
quien dice, pongámosle pañitos de agua tibia a esto y ¡dejémonos de vainas!
¿sí?
Pero más allá
de la negativa de Santos a firmar un documento timado, alcahueta y nocivo para
la 'justicia', está la gran incertidumbre que nos invita a reflexionar sobre
quiénes están detrás de esta execrable pretensión. Lo que sí quedó claro es
que, sea quién sea, maneja a su antojo la cueva de los malhechores, mejor conocida
como el ‘honorable’ Congreso de la República.
El revuelo que
esta fatídica noticia ha causado a nivel nacional, generó repudio y desaprobación por parte de unos pocos y
dignos servidores públicos, entre ellos el senador del Polo Democrático
Alternativo, Jorge Enrique Robledo, quien afirmó que dicha reforma es “un acto
bochornoso que lesiona gravemente el acceso a la justicia y la autonomía
judicial”.
Lo irónico de
esta lamentable situación, es que fue el mismo gobierno de Juan Manuel Santos
quien el año pasado presentó al Congreso dicha reforma para ser estudiada y
aprobada, supuestamente en aras de que los colombianos menos favorecidos obtuvieran
por fin mayor calidad y accesibilidad a la ‘justicia’.
Lo positivo de
todo este escándalo que no tiene precedentes en la pesarosa historia de ‘nuestra’ magullada sociedad, es que al
parecer muchos ciudadanos y personajes del país han tomado cartas en el asunto
y están desde ya, promoviendo un referendo revocatorio para tumbar la reforma a
la justicia.
Lo curioso de
todo este alboroto que se armó en el gallinero de la politiquería, es que el
dueño de los tres huevitos, no se ha pronunciado, o por lo menos no como acostumbra
a hacerlo; vilipendiando, apercibiendo, y arremetiendo contra todo gallo que le
pase por el frente. ¿Será que en la operación le sacaron uno de sus malcriados huevitos?
¿O por el contrario se estará haciendo el huevón? Amanecerá y veremos que trina
la gallina, por que las del Ubérrimo no cacarean, twittean.
Derechos Reservados ® Nicolás Marrugo Silva