martes, 26 de octubre de 2010

Mea Culpa.


No podría iniciar este escrito sin antes confesar ante vosotros hermanos, que desde las pasadas elecciones presidenciales en Colombia, he pecado mucho, de pensamiento, palabra y obra: pero sobretodo de omisión.

He querido dejar atrás los traumatismos que en mí causó la continuidad de la ‘Seguridad Democrática’, la fobia a los ‘Santos’, los oprobios lanzados a Vox Populi por los demagogos de turno, y en general, las falacias de todos los blasfemos con ínfulas de eruditos, que sumieron a la tierra prometida (LoCombia), en la ‘Sodoma’ de Judas el Iscariote: que tiene la sangre azul y se viste de paño Inglés.

Dicen por ahí que ‘nadie es profeta en su tierra’, pero al parecer en la ‘nuestra’, esa regla no aplica, al menos no para los burócratas de cuello blanco, a quienes los apóstoles de otrora muy seguramente les envidiarían su capacidad para congregar multitudes, hacer milagros en el ‘paraíso’, y su habilidad para en vez de divulgar la ‘buena nueva’, repartir Guaro a tutiplén.

Anhelo no ‘ofender’ a ningún feligrés criado bajo el manto de la indolencia, o a quienes religiosamente se dedican a orar día a día esperando que su ángel de la guarda haga algo por ellos. De antemano 'pido' mil disculpas, y como acto de contrición trataré de criticar menos a ‘nuestro’ salvador, prometo que viviré como él: siempre al servicio de los míseros compatriotas.

Confesaré además que no creía en la reencarnación (favor no confundir con reelección), esos para mí eran puros cuentos chimbos, pero luego de ocho años maravillosos (para la mayoría de la feligresía), comprendí que mi fe se había desvanecido, y que debía cumplir el decálogo del Sinaí a la Chibchombiana cuanto antes: pues sólo así tendría mi penitente alma un lugar en el Ubérrimo.

Afortunadamente para mí (y para todos sus opositores), su ‘amor’ de Mesías, aún permite adherirse a su coalición, domar los espíritus indómitos, y elegirlo, por obra y gracia del ‘Uribismo-Santo’: alcalde de la capital.

¡Quien esté libre de pecado, que me lance la primera piedra!

Quien no haya cometido nunca el sacrilegio de alejarse del ‘Todopoderoso’ que me declare impío, persona no grata, que me excomulguen de su ‘Iglesia’, que me expulsen del jardín del Edén-Uribista, o de ser necesario: que me ‘chuze’ el DAS.

Ojalá que a los Bogotanos no se les venga el mundo encima en el 2012 por andar en busca del buen samaritano, por creer que más vale ‘malo conocido’, y por pensar que si miran atrás y deciden denunciar, se convertirán en estatuas de sal como le pasó a la mujer de Lot.

Por sus obras los conoceréis, y también si os veis autoflagelarse en plena carrera séptima gritando:

-¡Por mi culpa, por mi culpa: por mi gran culpa!
Derechos reservados© Nicolás Marrugo Silva