Mientras ‘la tierra del olvido’ vitoreaba como propio el triunfo de ‘la madre patria’ el pasado domingo 11 de Julio al terminar la final del mundial en Sur África, yo preguntaba para mis adentros ¿por qué celebraran el bicentenario haciendo fuerza por una nación usurpadora? ¿qué madre asesina, ultraja y se usufructúa de su hijo sin compasión alguna? ¡debo ser muy gilipollas para andar cuestionando esto, Tío!- pensé.
Pero sin lugar a dudas la memoria histórica de los habitantes del país más cómodo del universo no da para más, para ‘aquellos’ todo lo que sea sinónimo de rumba, trago y jolgorio, es inherente a lo suntuoso de su ser.
Me hubiera gustado estar en San Basilio de Palenque para ver allí dicho cotejo futbolero, rodeado de negros cimarrones descendientes de Benkos Biohó (líder de los esclavos en Colombia en el siglo XVII) y aunque sin Lepatatas (vuvuzelas) o cánticos alegóricos a ‘Los chicos’ (Bafana Bafana), la experiencia habría sido inmemorial.
Por momentos llegué a pensar que la efusividad expresada en el rostro de mis ‘compatriotas’ era el fruto excelso de la ardua labor realizada por Nelson Mandela en su afán por unificar a un pueblo excluyente, como evocando los años maravillosos en los que se logró abolir el nefasto ‘Apartheid’; otro de los ‘grandiosos’ legados de la insuficiencia intelectual humanoide.
¿Estaré poseído por algún espíritu víctima de torturas en épocas de la inquisición? – me pregunté. Tal vez mi tono se asemeje mucho al de un afrodescendiente relegado por la xenofobia – me respondí a mí mismo cuando el simulado tumulto hispánico ensordeció la pantalla de mi ‘ordenador’ rememorando un cabildo abierto en Getsemaní.
Vociferaban el poderío Catalán, Gallego, Valenciano, Aranés y hasta Euskera (idiomas de España), cambiando en un santiamén, el acento valluno, paisa, rolo, boyacense, bumangués, costeño, entre otros, por el sonoro presente perfecto de los ibéricos.
Debo confesar que no sabía que hacer, deseé unirme en un instante a la bullanga, luego recapacité y, gracias a 'YouTube' encontré un video llamado 1492 y, afortunadamente para mí, refresqué algunos conocimientos respecto al tema en mención, entonces confirmé que no estaba ‘tan’ errado, que no era un resentido ermitaño, que la era precolombina sí existió, que los Guajiros, Taironas, Arhuacos, Motilones, Emberas, Guahibos, Muiscas, Quimbayas, Calimas, Guambianos, San Agustín, Tierradentro, Pastos, Tukanos y Huitotos, fueron martirizados, castigados, torturados y casi exterminados por piratas Europeos que forjaron su poderío económico con el oro de nuestra región Andina.
En fin, después de ver semejante encierro mental (y no en la plaza de las ventas en Madrid), sólo faltaría que edificáramos cerca al monumento de la India Catalina en Cartagena, una replica de la puerta de Alcalá, que derrumbemos el puente de Boyacá y construyéramos una Castellana a la Chibchombiana, y para cerrar con broche de oro (que ya no hay casi por que se lo robaron todo), sería bueno experimentar un cambio de nombre del parque de la 93 a ‘Las Ramblas’ y ¡Olé!
Por lo demás - chavales, me han dejao’ descrestao’ con su insipidez, ojalá que algún día no muy lejano, ‘nos’ apropiemos de la verdadera identidad que ‘tenemos’ y ‘seamos’ dignos representantes de la raza mestiza, ojo, sin olvidar el pasado oscurantista y opresor de la para mí mal llamada ‘Madre Patria’.
Si no les gusta mi nota, ¡Joder! ¡Me cago en la hostia!
Pero sin lugar a dudas la memoria histórica de los habitantes del país más cómodo del universo no da para más, para ‘aquellos’ todo lo que sea sinónimo de rumba, trago y jolgorio, es inherente a lo suntuoso de su ser.
Me hubiera gustado estar en San Basilio de Palenque para ver allí dicho cotejo futbolero, rodeado de negros cimarrones descendientes de Benkos Biohó (líder de los esclavos en Colombia en el siglo XVII) y aunque sin Lepatatas (vuvuzelas) o cánticos alegóricos a ‘Los chicos’ (Bafana Bafana), la experiencia habría sido inmemorial.
Por momentos llegué a pensar que la efusividad expresada en el rostro de mis ‘compatriotas’ era el fruto excelso de la ardua labor realizada por Nelson Mandela en su afán por unificar a un pueblo excluyente, como evocando los años maravillosos en los que se logró abolir el nefasto ‘Apartheid’; otro de los ‘grandiosos’ legados de la insuficiencia intelectual humanoide.
¿Estaré poseído por algún espíritu víctima de torturas en épocas de la inquisición? – me pregunté. Tal vez mi tono se asemeje mucho al de un afrodescendiente relegado por la xenofobia – me respondí a mí mismo cuando el simulado tumulto hispánico ensordeció la pantalla de mi ‘ordenador’ rememorando un cabildo abierto en Getsemaní.
Vociferaban el poderío Catalán, Gallego, Valenciano, Aranés y hasta Euskera (idiomas de España), cambiando en un santiamén, el acento valluno, paisa, rolo, boyacense, bumangués, costeño, entre otros, por el sonoro presente perfecto de los ibéricos.
Debo confesar que no sabía que hacer, deseé unirme en un instante a la bullanga, luego recapacité y, gracias a 'YouTube' encontré un video llamado 1492 y, afortunadamente para mí, refresqué algunos conocimientos respecto al tema en mención, entonces confirmé que no estaba ‘tan’ errado, que no era un resentido ermitaño, que la era precolombina sí existió, que los Guajiros, Taironas, Arhuacos, Motilones, Emberas, Guahibos, Muiscas, Quimbayas, Calimas, Guambianos, San Agustín, Tierradentro, Pastos, Tukanos y Huitotos, fueron martirizados, castigados, torturados y casi exterminados por piratas Europeos que forjaron su poderío económico con el oro de nuestra región Andina.
En fin, después de ver semejante encierro mental (y no en la plaza de las ventas en Madrid), sólo faltaría que edificáramos cerca al monumento de la India Catalina en Cartagena, una replica de la puerta de Alcalá, que derrumbemos el puente de Boyacá y construyéramos una Castellana a la Chibchombiana, y para cerrar con broche de oro (que ya no hay casi por que se lo robaron todo), sería bueno experimentar un cambio de nombre del parque de la 93 a ‘Las Ramblas’ y ¡Olé!
Por lo demás - chavales, me han dejao’ descrestao’ con su insipidez, ojalá que algún día no muy lejano, ‘nos’ apropiemos de la verdadera identidad que ‘tenemos’ y ‘seamos’ dignos representantes de la raza mestiza, ojo, sin olvidar el pasado oscurantista y opresor de la para mí mal llamada ‘Madre Patria’.
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Derechos reservados© Nicolás Marrugo Silva
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