domingo, 28 de marzo de 2010

¡Dios salve al rey!


En el país donde la realidad supera la ficción se ha convertido Colombia; en el espacio perfecto donde convergen cientos de casos inauditos, irreverentes y hasta utópicos, el más reciente es el caso del estudiante Bogotano de Bellas Artes Nicolás Castro, un joven 'común y corriente' de 23 años de edad, a quien se le ocurrió 'gritar' a viva voz sus más profundos 'pensamientos' (nuevo delito en Colombia), en contra nada más y nada menos que del hijo menor del presidente Alvaro Uribe.

Castro supuestamente creó un grupo en la red social Facebook llamado 'Me comprometo a matar a Jerónimo Alberto Uribe' y el cual solo duró publicado en la Internet por aproximadamente 15 minutos, tiempo suficiente para que los organismos de seguridad del estado alertaran incluso al FBI e iniciaran conjuntamente una investigación exhaustiva para poner tras las rejas al presunto 'ciber-terrorista'.

El caso ha generado todo tipo de reacciones y actualmente se debate en cada esquina del país del sagrado corazón. Lo más sorprendente de todo el suceso no es la 'amenaza' en si, ni el supuesto plan para asesinar a Jerónimo Uribe (que no existen en absoluto), sino por el contrario la 'diligencia' de la 'justicia' colombiana para intervenir ante dicho caso; la audacia de los funcionarios de la DIJIN (Dirección Central de Policía Judicial e Inteligencia) y su memorable desempeño para dar con la captura del 'terrorista' (como ha sido tildado Nicolás), que se cree 'amenazó' al hijo menor del presidente Colombiano.

El operativo de la captura del joven estudiante se llevó a cabo el día 2 de Diciembre de este año al mejor estilo de una película de Hollywood, un despliegue policial que me recordó aquellas épocas de los años noventas, donde se perseguía a verdaderos terroristas, esos que tanto daño le hicieron a nuestro país y para quienes el peso de la ley aún hoy es una asignatura pendiente.

La resonancia del caso ha estado ligada a ciertas inconsistencias en el desarrollo de la investigación y aunque la parte acusadora afirma que se han dado todas las garantías necesarias para que el acusado cuente con un debido proceso, la defensa asegura que desde el día de su captura, el caso del estudiante bogotano ha estado opacado por la exageración y el amarillismo con el que se le ha tratado a Castro.

En Colombia existen actualmente 'amenazas' públicas en contra de varias personalidades como es el caso de la senadora Piedad Corboda o el congresista Gustavo Petro, Políticos reconocidos a nivel nacional y contra los cuales rezan todo tipo de intimidaciones en la misma red social Facebook, lo contradictorio es que en los casos en mención, no se ha hecho nada al respecto, ni la más mínima pesquisa contra los supuestos 'agresores', siendo estos tan visibles como el joven estudiante de Bellas Artes.

Por su parte el juez que realizó la audiencia pública en días pasados alegó que en este caso no se estaba acusando a Nicolás Castro por intento de homicidio sino por instigar, provocar o generar en otras personas el deseo de cometer dicho acto criminal, como lo manifiesta la primera parte del artículo 348 (del Código Penal Colombiano) dice que el que pública y directamente incita a otro o a otros a delinquir incurre en este delito, es decir, teóricamente Castro 'incurrió' en el delito de invitar al delito, esto parece más bien un ajuste de cuentas por parte de un padre ofuscado que busca revancha a como de lugar frente a un pobre ciudadano del común a quien su 'inmadurez' lo llevó a cometer una travesura que le podría costar 15 años de su vida en una cárcel colombiana, lugar hasta hoy reservado para violadores, asesinos, estafadores y uno que otro ladrón de cuello blanco, lo que deja en entredicho la popular frase que la diosa Némesis debe ser ciega, pero pareciera más bien que sólo se les aplicara a los menos favorecidos, a los ávidos de ella y a los que usamos ruana.

Lo cierto es que este caso divide a la opinión pública y enardece a cientos de miles de colombianos, muchos de los cuales han creado grupos de apoyo en la red social Facebook a favor de la libertad de Nicolás, el más concurrido de ellos alcanza hoy día los casi 30 mil miembros (Libertad inmediata para Nicolas Castro) y a través del cual se busca crear conciencia en los ciudadanos de la inocencia del estudiante, y en donde sin lugar a dudas se deja ver el inconformismo por la severidad del castigo que se le pretende imponer. Al respecto la 'justicia' ha expresado que desea sentar un precedente que tipifique la conducta y cree la norma.

Parafraseando la letra del grupo Cubano Buena fe, me permitiría decir : “Dios salve al 'rey' de callarle la boca a la gente”.

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Derechos reservados© Nicolás Marrugo Silva